miércoles, 20 de abril de 2016
lunes, 18 de abril de 2016
jueves, 7 de abril de 2016
martes, 5 de abril de 2016
DE LA INSEGURIDAD GLOBAL A LA MOVILIDAD SELECTIVA
GANADOR DEL PREMIO LIMACLARA DE ENSAYO - ARGENTINA 2016
DE LA INSEGURIDAD GLOBAL A LA MOVILIDAD SELECTIVA
DE LA INSEGURIDAD GLOBAL A LA MOVILIDAD SELECTIVA
PhD
Carlos E. Montúfar S.
Carlos
Montufar Salcedo, profesor investigador Universidad de Otavalo - Ecuador.
Médico y antropólogo. Especializado en Salud Pública Internacional e Historia
de Religiones en la Universidad Católica de Louvain-La-Neuve Bélgica. Posgrados
en Desarrollo local UCA Nicaragua y Marketing Mix EENI España. PhD en
Antropología Cognitiva en Atlantic I. University de los Estados Unidos.
RESUMEN
Los movimientos
de población han contribuido al desarrollo del conocimiento, a incrementar los
intercambios de información y al desarrollo mutuo de sociedades y culturas, que
la geografía o las fronteras allende limitaban, no obstante a partir de
los atentados del 11 de septiembre
de 2001, la percepción de la inseguridad global se convierte en
argumento convincente para cerrar las fronteras y limitar la movilidad humana,
más aun luego de los atentados de Paris de noviembre 2015. Desde el surgimiento
de lo que se considera como el nuevo paradigma de la inseguridad global, la
movilidad humana ha sido representada como factor de riesgo. Este texto por consiguiente propone la
necesidad de re-examinar las
representaciones habituales de los fenómenos migratorios y sus supuestas
relaciones con la inseguridad global.
Palabras clave: inseguridad global, movilidad
humana, globalización.
ABSTRACTS
Population movements have contributed to the development of knowledge, to increase
exchanges of information and mutual development of societies and cultures,
geography or borders beyond limited however since the attacks of September 11,
2001 the perception of global insecurity becomes compelling argument to close
the borders and limit human mobility , even more so after the attacks in Paris
November 2015. Since the emergence of what is considered as the new paradigm of
global insecurity, human mobility has been represented as a risk factor. This
text therefore proposes the need to re- examine the usual representations of
migratory phenomena and their alleged links with global insecurity.
Keywords:
Global
insecurity, human mobility, globalization.
INTRODUCCION
Las
sociedades humanas constituyen un misceláneo de culturas con patrones de vidas
muy diversas, con multiplicidad de orígenes, significaciones y comportamientos que
les han permitido ser singulares en la resolución de sus problemas en la
historia. Estas particularidades se convierten en atributo patrimonial de la
especie humana gracias a la amplia difusión que la tecnología comunicacional
facilita. En este contexto, los movimientos de población han contribuido al
desarrollo del conocimiento, a incrementar los intercambios de información y al
desarrollo mutuo de sociedades y culturas, que la geografía o las fronteras
allende limitaban.
La
movilidad humana es definida actualmente como el proceso de desplazamiento de
la población junto a su cambio de residencia habitual, y se ha perfeccionado en
un largo proceso creador desde hace cerca de 70.000 años cuando las bandas de
homos sapiens abandonaron su África pretendidamente original, hacia Europa y
Asia oriental (Harari, 2014). A partir del siglo XV los procesos de
colonización europea significaron desplazamientos continuos de población, los
cuales se incrementaron en los últimos siglos con el advenimiento de la
tecnología de la trasportación. La movilidad es por consiguiente casi tan
antigua como la propia historia global del ser humano.
Actualmente
el fenómeno social de la movilidad humana adquiere características
masificadoras. Así, tan solo como ejemplo, en 1970, 85 millones de personas
fueron objeto de migraciones, aumentando a 175 millones en el año 2000 y 200 millones
en el año 2005. Solo en los Estados Unidos, 500.000 personas ingresan cada año,
de los cuales del 10 al 15% ilegalmente[1].
La
realidad social mundial demuestra un incremento sostenido de las poblaciones
migrantes, la relación histórica entre población migrante y guerras de invasión
añaden una connotación simbólica peyorativa a este término; relacionándolo
emocionalmente con inseguridad. Es decir, la oposición a lo conocido como
cualidad de ordenamiento, que implica la certeza de normas y,
consiguientemente, la previsibilidad de su comportamiento. Un migrante es cómodamente
asociado a lo desconocido debido a la ignorancia por parte del sujeto visitante
de los códigos de conducta locales. En consecuencia, el adjetivo extranjero es
fácilmente asociado a desafuero y peligro como elementos simbólicos, aunque
estos imaginarios no sean capaces de confirmar en forma alguna, que su conducta
explícitamente provocará incumplimiento y desorden. Herbert Blumer (2015), sostenía que las
personas actúan sobre los objetos de su mundo e interactúan con otras personas
a partir de los significados que los objetos y las personas tienen para ellas.
Es decir, a partir de los símbolos.
Según
la Organización Internacional de las Migraciones la movilidad humana es un
hecho social vinculado con el ejercicio del derecho humano de la libertad de
circulación y se basa en el desplazamiento libre, aunque regulado, que permite
a todo ser humano ampliar sus libertades, capacidades y oportunidades de
mejores condiciones de vida[2].
La movilidad es un concepto reciente, cuya utilidad es integrar en una sola
idea a todas las formas de movimiento de personas, como el refugio, la
migración internacional, la movilidad forzada por delitos transnacionales
(trata de personas), la movilidad en el marco de sistemas de integración, entre
otras. A su vez, se reconoce que cada una de estas formas de movilidad está
influida por una serie de factores sociales, políticos, culturales, económicos,
que no tienen similares características en todos los casos.
Sin
embargo a partir de los atentados
del 11 de septiembre de 2001, denominados comúnmente como 9/11, la percepción de La inseguridad global se convierte en
argumento convincente para cerrar las fronteras y limitar la movilidad humana,
más aun luego de los atentados de Paris de noviembre 2015.
Desde el surgimiento de lo que se considera como
el nuevo paradigma de la inseguridad global, la movilidad humana ha sido
representada como factor de riesgo. El miedo, entendido como un sentimiento y una
construcción colectiva e individual que trasciende y se modifica según los
contextos y las épocas históricas, se ha instaurado en las sociedades modernas
como un hecho cultural y social de amplias dimensiones (Mantilla, 2008).
Lo indeseable es lo
inseguro, lo que no es fácilmente controlable, manipulable, predecible. El
fenómeno migratorio por consiguiente, al no ser sujeto de control total por los
Estados, se trastoca en una categoría no previsible por ende deleznable. En
este contexto ideológico la tecnología basa su eficiencia en el servicio de la
predicción de los fenómenos sociales, siendo los servicios de inteligencia su
táctica operativa. La movilidad humana deja de ser percibida como
un derecho, transformándose en peligro social inminente, de tal manera que ya
en enero 2016, Austria suspendió temporalmente la zona de libre tránsito del
acuerdo Schengen en la Comunidad Europea ante la crisis de refugiados[3].
En consecuencia, la hipótesis argüida en este
ensayo propone que la inseguridad global elevada
como símbolo y conexa al terrorismo mundial se justifica como argumento de un
proceso selectivo de movilidad humana global, a expensas de las amplias
multitudes de población, con la excepción de las élites mundiales, afectando el
derecho humano; dado que la naturaleza del hombre a lo largo de la historia se
definió a expensas de los procesos de movilidad.
LA INSEGURIDAD
GLOBAL, SÍMBOLO Y SIGNIFICADO
El
símbolo permite además de trascender el ámbito del estímulo sensorial y de lo
inmediato, ampliar la percepción del entorno, incrementar la capacidad de
resolución de problemas y facilitar la imaginación y la fantasía. No obstante,
el acto transformado en símbolo también puede adoptar un rol generador de
conflictos. En el contexto de este análisis teórico, la inseguridad global como símbolo, es
asumida en un rol de una variable cualitativa independiente. Es decir,
como fenómeno sobre el que se va a discurrir su capacidad para influir,
incidir o perturbar a otras variables.
La particularidad en el análisis
surge en el hecho que los significados simbólicos son producto de la
interacción social y son ellos los que intervienen en la arquitectura de
la conducta humana. Los individuos seleccionan, organizan, reproducen y
transforman los significados en los procesos interpretativos en función de sus perspectivas
y designios.
En
este contexto los fenómenos migratorios en sus procesos de restricción y
selección de la movilidad humana son considerados como variables dependientes
de la interpretación simbólica de la inseguridad global.
Los
fundamentos conceptuales de la terminología utilizada requieren sujeción
institucional, puesto que son criterios legales los que categorizan su
naturaleza y significado.
La
Migración humana presenta dos nominaciones: el de la emigración, es decir,
desde el punto de vista del lugar o país de donde proviene la población; y el
de la inmigración, desde el punto de vista del lugar o país a donde llegan los
migrantes. Existe igualmente la definición de migración interna o desplazados
internos y externa o internacional, en correspondencia con los límites
geográficos y políticos del proceso migratorio. Los desplazados internos son
los individuos o grupos de personas que han sido forzados a huir de sus hogares
para escapar del conflicto armado, la violencia generalizada, los abusos de los
derechos humanos o los desastres naturales o provocados por el ser humano.
Tanto los desplazados internos como los refugiados con frecuencia abandonan sus
hogares por las mismas razones. Los civiles son reconocidos internacionalmente
como refugiados cuando cruzan la frontera nacional en busca de asilo en otro
país. Los desplazados internos, mejor conocidos como "IDP", por el
acrónimo inglés de "Internally Displaced People", permanecen, por
cualesquiera razones que sean, en sus propios países[4]. El
número de los desplazados internos alrededor del mundo es alto. Según
los datos del Observatorio sobre el Desplazamiento Interno del Consejo Noruego
para Refugiados (IDMC-NRC), a finales de 2014 había 38 millones de desplazados
internos en todo el mundo - 4,7 millones más que en 2013 - el 60% de los cuales
en cinco países afectados por conflictos: Irak, Sudán, República
Democrática del Congo (RDC), Siria y Nigeria[5].
Entre
los migrantes externos o internacionales tenemos los migrantes económicos y los
refugiados, términos definidos desde la óptica legal. Los inmigrantes[6]
económicos son esencialmente personas que buscan mejores oportunidades
económicas, mientras que los refugiados son personas que huyen porque sus vidas
corren peligro. La situación específica de estos últimos quedó establecida en
la Convención de Ginebra de 1951. En otras palabras, la inmigración económica
responde a un “factor de atracción”, es decir los inmigrantes se dirigen a un
país en el que creen que existe demanda de sus habilidades. Por el contrario,
el desplazamiento forzado responde a un “factor de empuje”, o sea las personas
van al primer lugar posible donde sienten que estarán seguras[7].
La
OIM define el concepto de «movilidad humana» a la movilización de personas de
un lugar a otro en ejercicio de su derecho a la libre circulación. Siendo este
un proceso complejo y motivado por diversas razones (voluntarias o forzadas),
que se realiza con la intencionalidad de permanecer en el lugar de destino por
períodos cortos o largos, o, incluso, para desarrollar una movilidad circular.
Este proceso implica el cruce de los límites de una división geográfica o
política, dentro de un país o hacia el exterior[8].
La movilidad es considerada expresión del ejercicio de un derecho humano. La
movilidad es la expresión social del ejercicio del derecho legal a la libre
circulación la cual incluye al concepto de migración.
Sin
embargo tanto la inseguridad global como la movilidad humana son conceptos que
se representan en tanto objetos en la conciencia. Como tales provocan
justificativos y argumentos para las decisiones sociales en lo fáctico.
Examinar los contenidos de la conciencia interpretando sus aspectos reales,
ideales, o imaginarios, buscando las relaciones esenciales existentes entre las
propiedades, objetos, definiciones y fenómenos del concepto migración e
inseguridad global es el hilo conductor establecido en este texto.
DEL MIGRANTE ECONÓMICO Y EL REFUGIADO HACIA LA MOVILIDAD COMO DERECHO HUMANO FUNDAMENTAL
Líderes políticos de países de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han puesto en duda el estatus de
los refugiados que, tras huir a un país seguro, se vuelven a trasladar a otro
país igualmente seguro, pero económicamente más atractivo. Es el caso de los
refugiados sirios que abandonan los campamentos en Turquía para dirigirse a la
UE. Sin embargo, la causa principal del desplazamiento sigue siendo la misma:
la necesidad de huir. Por lo tanto, los refugiados siguen siendo refugiados,
incluso si se trasladan. ¿No diríamos eso de una persona judía que escapó de
Alemania hacia los Países Bajos en 1937 y luego continuó hacia Argentina en
1939?[9]
Hay una tercera categoría denominada de los “inmigrantes
económicos desesperados”. Se trata de personas que no están huyendo de la
violencia o la persecución y, por lo tanto, no califican como refugiados. Sin
embargo, el tipo de riesgos que están dispuestas a asumir y la clase de
sufrimientos que están dispuestas a padecer indican que no tienen más opción
que migrar a otro país[10]. En esta categoría se encuentran los desesperados
habitantes del Sahara que intentan cruzar el Mediterráneo en embarcaciones
improvisadas, o los niños de Asia meridional a los que sus padres envían solos
a través de Oriente Medio para que puedan tener una oportunidad de llegar
finalmente a Europa.
No
obstante los seres humanos en movilidad (cambio de residencia habitual) no
siempre pueden ser definidos y clasificados desde el estatuto legal de
movilidad. Existe el carácter de ilegal del migrante, que produce un fenómeno
de perdida de ciudadanía, generando un segmento de población humana sin
derechos fundamentales, casi en esclavitud en los países de acogida. No obstante a través de visitas, llamadas
telefónicas y el uso de las redes sociales, muchos migrantes llegan a recrear,
sostener y (re) descubrir enlaces transnacionales, junto a las redes sociales
locales. Usan sus redes transnacionales para aliviar sus necesidades, pero el
desarrollo de redes locales todavía aparece como indispensable (Withaeckx,
Schrooten, y Geldof, 2015). Esta capacidad de
“ubicuidad social” puede ser identificada como una nueva destreza del migrante.
Obviamente esta habilidad está condicionada a su condición legal en el país de
acogida y a su nivel educativo. Generalmente cuando estos factores son
positivos se convierten en trans-migrantes, es decir en ciudadanos que
mantienen vínculos sociales y movilidad continua entre diversas fronteras.
Finalmente el concepto de movilidad geográfica (White,
2015) emerge con connotación clara de un derecho humano fundamentado en el
artículo 6 de la Carta de los Derechos Humanos que sostiene que todo
ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad
jurídica. La creación de este complejo concepto obedece al reconocimiento de
una nueva era humana sustentada en la globalización del transporte, era del
posmodernismo nómada. La Organización Internacional de Migraciones nos previene
incluso que en una era de movilidad humana sin
precedentes, es particularmente apremiante fomentar una mayor comprensión de
los vínculos entre la migración y el desarrollo, y adoptar medidas prácticas
para acrecentar los beneficios de la migración de cara al desarrollo; además de
elaborar soluciones sostenibles para situaciones migratorias problemáticas[11].
DISCUSIÓN
Existen
diversas teorías que intentan explicar causas y consecuencias de la movilidad
humana. A nivel macro se incluyen las teorías relacionadas con las Disparidades
Demográficas y Económicas y la Teoría Sociológica o del Paradigma de la Modernización
(De la Dehesa, G. 2008). La primera de ellas se fundamenta en las diferencias
entre tasas de natalidad y mortalidad de las sociedades lo que provoca
disparidades entre los países de alta natalidad y los de transición demográfica[12].
La Teoría Sociológica fundamenta la movilidad en aspectos de tipo socio
cultural de la modernidad que impulsarían la movilidad o nomadismo
internacional como contraste con las sociedades tradicionales a carácter
sedentario. El factor económico en relación a la necesidad de mano de obra es
también reconocido como causa fundamental del fenómeno migratorio. Finalmente
la dinamia entre migración, pobreza y desarrollo es analizada desde la
percepción que son las poblaciones emergentes económicamente quienes pueden generar
la posibilidad de migrar.
No
obstante se incluyen los factores intermediarios o Meso, donde predominan las
redes sociales e instituciones que posibilidad las migraciones (ONG, instituciones
inter gubernamentales). Incluso de estudia actualmente las organizaciones
criminales como entes promovedoras de migración.
A
nivel Micro tenemos el Enfoque Económico
Neoclásico, la Nueva Teoría Económica de Migración, la Teoría del Mercado
Laboral Dual y la de los Sistemas Mundiales.
La
temática de migración y desarrollo reviste gran interés para la comunidad
internacional. Este aspecto es uno de los centros estratégicos de la labor de
la Organización Internacional de Migraciones (OIM), cuya función en materia de gestión migratoria es
capitalizar la relación positiva entre la migración y el desarrollo socioeconómico. La exclusión de los derechos
de residencia y ciudadanía de los migrantes económicos es una de las más
grandes paradojas de las democracias contemporáneas. Emulando a la historia del
imperio Griego, inventor del imaginario democrático pero restringido como
derecho para la mayoría de seres humanos catalogados como esclavos.
La
reflexión sobre migración internacional y economía que presume este capítulo
podría centrarse en la necesidad de un
equilibrio económico entre las diversas regiones. Situación que asumiría
un rol disuasivo en las grandes migraciones económicas. Suponiendo que el
objetivo social fuere la prevención de este fenómeno de movilidad humana.
Entre
los contrasentidos de la globalización se encuentra la amplia movilización de
productos frente a la restricción de circulación de seres humanos. Además la
migración internacional conlleva a la mayoría de los países desarrollados del
mundo a transformarse en sociedades multiculturales, y aquellas que aún no han
alcanzado tal característica, se mueven resueltamente en esta trayectoria. Este
aspecto incide en la concepción cultural de las sociedades humanas. Se perfila
por consiguiente un mundo intercultural en franca emergencia.
En
consideración con la extrema complejidad del fenómeno migratorio internacional,
existen diversos enfoques teóricos que aspiran explicarlo. Uno de ellos es el
Enfoque Económico Neoclásico (EEN). Según esta visión teórica, la migración se
explica en las diferencias de salarios, ese margen entre oferta y demanda de
mano de obra que incluye el diferencial en las condiciones laborales inter
estatales, los costos de la migración y de familiar. Como resultado de este
desplazamiento la demanda de trabajo decrece y los salarios aumentan en los
países pobres, mientras que la demanda de trabajo se incrementa y los salarios
caen en los países ricos, conduciendo, en equilibrio, a una diferencia salarial
internacional que sólo refleja los costes pecuniarios y psíquicos del
desplazamiento internacional[13].
Algunas
opiniones (Massey, 1993) diferencian la migración de acuerdo a su nivel de
especialización: mano de obra altamente calificada (capital humano) y no
calificada (migración). Las migraciones de
trabajadores calificados son diferentes al patrón de migración del obrero no
calificado. Finalmente, el Estado puede intervenir de manera efectiva solamente regulado su mercado de trabajo.
La Nueva Teoría Económica de la Migración (NTEM) plantea que no son solo
las circunstancias laborales que influyen en la migración sino las condiciones
de diversidad de los mercados, la decisión familiar, la restricción al acceso
de capitales en los países de origen del migrante y los niveles de ingreso
familiar. Existen otros enfoques como la del Mercado Laboral Dual (MLD) que
propone a las necesidades estructurales de la economía industrial moderna y a
las fuerzas operativas económicas como fundamentales en el proceso migratorio,
sobre las decisiones de los individuos o de la micro economía.
Posiblemente el enfoque más contemporáneo sea el de los Sistemas Mundiales
(SM), el cual propone a la misma globalización como causa migratoria; la
apertura de los mercados y las necesidades del comercio en ir mucho más allá de los límites nacionales
como fundamento de la tendencia migratoria humana (Wallerstein, 2015).
Todos estos enfoques no son contradictorios, más bien conforman un conjunto
de teorías convergentes y complementarias que pretenden explicar el fenómeno
migratorio, sin embargo, todos ellos tienen como núcleo el paradigma económico.
El autor considera que existen factores suplementarios de diversos ordenes como
el psicológico, histórico, familiar y/o culturales que influyen, orientan y
modulan el flujo de personas en el mundo.
La percepción emocional que el emigrante posee del país de acogida
gravita en su decisión de destino geográfico; de igual manera la historia familiar
de migración modula y dirige su selección; aspectos culturales como la lengua
del país de acogida o su proximidad cultural. No obstante fenómenos tan
recientes como las guerras del Medio Oriente (Siria, Irak) producen verdaderos
éxodos humanitarios hacia Europa, desequilibrando toda normativa precedente y
gravitando sobre la seguridad y la ponderación mundial. Incluso el terrorismo
es considerado “push factor” del fenómeno migratorio (Dreher, 2011).
La globalización estimula en general y profundiza la migración
internacional, pero ésta ha existido desde tiempos tan remotos como la
humanidad misma. Incluso podría sostenerse que el nomadismo es la condición más
natural del ser humano. Si bien ser nómada no es sinónimo de migrante, existe
un cierto paralelo en su naturaleza: la búsqueda de un lugar más propicio a la
vida humana. Incluso el sedentarismo es paradójico en relación al hábitat
humano. Si bien las migraciones son evidenciadas como problema global, el
fenómeno inverso al nomadismo migracional, es decir, el sedentarismo urbano
genera inmensos desafíos. Según
ONU-Hábitat las ciudades se enfrentan a retos demográficos, ambientales,
económicos, sociales y espaciales sin precedentes. Ha habido un cambio
fenomenal hacia la urbanización, con 6 de cada 10 personas en el mundo
residiendo en zonas urbanas en 2030. Más del 90 por ciento de este crecimiento
tendrá lugar en África, Asia, América Latina y el Caribe[14].
La Teoría de la Dependencia sostenida por
importantes intelectuales como André Gunder Frank, Raúl Prebish, Celso Furtado,
Theotomio dos Santos, Samir Amín, Enzo Faleto, Ruy Mauro Marini y Henrique
Cardoso, proclamaba que las naciones pobres del sur proveen a las naciones
ricas de sus recursos naturales, su mano de obra barata y un destino ideal para
la tecnología obsoleta, situaciones sin las cuales estas últimas naciones no
podrían mantener el nivel de vida al que están acostumbrados (Prebisch, 1982).
Se encuentra por consiguiente en las inequidades sustento explicativo básico del
fenómeno migratorio.
Sin embargo a partir de los atentados
terroristas del 2001 el fenómeno migratorio es percibido desde la nueva óptica
de la inseguridad. Reforzados por los atentados de Paris en 2015, y la ola de
migración procedentes de la guerra en Medio Oriente, las políticas que
facilitan las migraciones son percibidas como factor de riesgo y el migrante,
como objeto generador de peligro. Un nuevo marco interpretativo simbólico comienza
a ser asumido tanto a nivel institucional como en la ciudadanía de los países
principalmente afectados. El derecho a la movilidad humana es transpuesto a
factor de riesgo.
Maximiliano Korstanje (2015) sostiene que
el arquetipo de un mundo inestable ayuda a legitimar guerras preventivas que permitirían
a las potencias como los Estados Unidos intervenir en naciones autónomas pero
sospechosas. Colombia fué el pretexto para mostrar cuán peligrosa es la
migración y el narcotráfico para los estados occidentales. Korstanje y Skol
(2013) llegan incluso a sostener que el terrorismo es un resultado de la
producción del sistema de organización del trabajo del régimen capitalista.
¿A quién beneficia esta vinculación epistémica entre migración e
inseguridad global?
Desde la dinámica de la globalización de mercancías y de la
cultura global de consumo, el flujo humano aparece como un fenómeno
innecesario, incluso no apetecible al sistema. Esto no excluye que al
criminalizar al migrante, sustrayéndole
su categoría de ciudadano por el de ilegal, se apertura una extensa gama
de posibilidades de explotación social a su coste.
CONCLUSIÓN
El fenómeno de la inseguridad global da la impresión de estar alineado como el
ingenio argumentativo de los círculos de poder mundial para extender y
consolidar un tipo de globalización securitaria u doctrina de la seguridad
nacional, abrogándose el derecho de intervención en caso de riesgos potenciales
(Chávez, 2008), justificando incluso el adoptar medidas excepcionales en las
legislaciones anti terroristas para
mantener la seguridad nacional como en el caso del Reino Unido (Ahmed, 2015) o
la creación y/o reorganización de 263 instituciones[15]
gubernamentales de los Estados Unidos,
en respuesta al terrorismo desde el 11/9 (Cronin, 2015).
Los círculos de poder estarían adjudicándose
jurisdicción moral de intervención desde lo mundial hacia todo lo local,
inhibiendo la movilidad humana y provocando un fenómeno de asimilación entre
los conceptos de inseguridad y terrorismo, a pesar de que los estatutos
migratorios de los perpetradores de atentados suelen cumplir los procedimientos
legales internacionales (Cronin, 2013).
Este texto por consiguiente propone la necesidad de re-examinar las representaciones habituales de
los fenómenos migratorios y sus supuestas relaciones con la inseguridad global.
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[2] http://www.oimperu.org/oim_site/documentos/Modulos_Fronteras_Seguras/Modulo2.pdf
[3] http://www.politico.eu/article/austria-suspends-schengen-border-checks-eu-migrants/
[4] http://www.acnur.org/t3/a-quien-ayuda/desplazados-internos/preguntas-y-respuestas-sobre-desplazados-internos/
[5] http://www.acnur.org/t3/a-quien-ayuda/desplazados-internos/
[6] In-migrante, termino definido desde el punto de vista del país de
acogida. E-migrante desde el punto de
vista del país de origen de la persona. Los dos conceptos obedecen a la misma
persona en tanto individuo.
[7] http://blogs.worldbank.org/voices/es/inmigrante-o-refugiado-que-significa-cada-termino?cid=EXT_BoletinES_W_EXT
[8] http://www.oimperu.org/oim_site/documentos/Modulos_Fronteras_Seguras/Modulo2.pdf
[9] http://blogs.worldbank.org/voices/es
[10] http://blogs.worldbank.org/voices/es/inmigrante-o-refugiado-que-significa-cada-termino
[11] http://www.oim.org.ec/drupal/es/migraci%C3%B3n-y-desarrollo
[12] Países con baja tasa de natalidad.
[13] http://www.ugr.es/~redce/REDCE10/articulos/14DouglasDMassey.htm#uno
[15] La autora cita que de acuerdo a la investigación del 2010 del
Wahington Post, estas instituciones creadas contra el terrorismo incluyen: The
Departement of Homeland Security, The National Counterterrorism Center y The
Transportation Security Administration. https://www.foreignaffairs.com/articles/middle-east/isis-not-terrorist-group?cid=nlc-twofa-20151230&sp_mid=50372351&sp_rid=Y2FybW9udDUzQHlhaG9vLmVzS0&spMailingID=50372351&spUserID=MTEzNTIyOTU0NjgwS0&spJobID=840078528&spReportId=ODQwMDc4NTI4S0
DE LA INSEGURIDAD GLOBAL A LA MOVILIDAD SELECTIVA
DE LA INSEGURIDAD GLOBAL A LA MOVILIDAD SELECTIVA
PhD
Carlos E. Montúfar S.
Carlos
Montufar Salcedo, profesor investigador Universidad de Otavalo - Ecuador.
Médico y antropólogo. Especializado en Salud Pública Internacional e Historia
de Religiones en la Universidad Católica de Louvain-La-Neuve Bélgica. Posgrados
en Desarrollo local UCA Nicaragua y Marketing Mix EENI España. PhD en
Antropología Cognitiva en Atlantic I. University de los Estados Unidos.
RESUMEN
Los movimientos
de población han contribuido al desarrollo del conocimiento, a incrementar los
intercambios de información y al desarrollo mutuo de sociedades y culturas, que
la geografía o las fronteras allende limitaban, no obstante a partir de
los atentados del 11 de septiembre
de 2001, la percepción de la inseguridad global se convierte en
argumento convincente para cerrar las fronteras y limitar la movilidad humana,
más aun luego de los atentados de Paris de noviembre 2015. Desde el surgimiento
de lo que se considera como el nuevo paradigma de la inseguridad global, la
movilidad humana ha sido representada como factor de riesgo. Este texto por consiguiente propone la
necesidad de re-examinar las
representaciones habituales de los fenómenos migratorios y sus supuestas
relaciones con la inseguridad global.
Palabras clave: inseguridad global, movilidad
humana, globalización.
ABSTRACTS
Population movements have contributed to the development of knowledge, to increase
exchanges of information and mutual development of societies and cultures,
geography or borders beyond limited however since the attacks of September 11,
2001 the perception of global insecurity becomes compelling argument to close
the borders and limit human mobility , even more so after the attacks in Paris
November 2015. Since the emergence of what is considered as the new paradigm of
global insecurity, human mobility has been represented as a risk factor. This
text therefore proposes the need to re- examine the usual representations of
migratory phenomena and their alleged links with global insecurity.
Keywords:
Global
insecurity, human mobility, globalization.
INTRODUCCION
Las
sociedades humanas constituyen un misceláneo de culturas con patrones de vidas
muy diversas, con multiplicidad de orígenes, significaciones y comportamientos que
les han permitido ser singulares en la resolución de sus problemas en la
historia. Estas particularidades se convierten en atributo patrimonial de la
especie humana gracias a la amplia difusión que la tecnología comunicacional
facilita. En este contexto, los movimientos de población han contribuido al
desarrollo del conocimiento, a incrementar los intercambios de información y al
desarrollo mutuo de sociedades y culturas, que la geografía o las fronteras
allende limitaban.
La
movilidad humana es definida actualmente como el proceso de desplazamiento de
la población junto a su cambio de residencia habitual, y se ha perfeccionado en
un largo proceso creador desde hace cerca de 70.000 años cuando las bandas de
homos sapiens abandonaron su África pretendidamente original, hacia Europa y
Asia oriental (Harari, 2014). A partir del siglo XV los procesos de
colonización europea significaron desplazamientos continuos de población, los
cuales se incrementaron en los últimos siglos con el advenimiento de la
tecnología de la trasportación. La movilidad es por consiguiente casi tan
antigua como la propia historia global del ser humano.
Actualmente
el fenómeno social de la movilidad humana adquiere características
masificadoras. Así, tan solo como ejemplo, en 1970, 85 millones de personas
fueron objeto de migraciones, aumentando a 175 millones en el año 2000 y 200 millones
en el año 2005. Solo en los Estados Unidos, 500.000 personas ingresan cada año,
de los cuales del 10 al 15% ilegalmente[1].
La
realidad social mundial demuestra un incremento sostenido de las poblaciones
migrantes, la relación histórica entre población migrante y guerras de invasión
añaden una connotación simbólica peyorativa a este término; relacionándolo
emocionalmente con inseguridad. Es decir, la oposición a lo conocido como
cualidad de ordenamiento, que implica la certeza de normas y,
consiguientemente, la previsibilidad de su comportamiento. Un migrante es cómodamente
asociado a lo desconocido debido a la ignorancia por parte del sujeto visitante
de los códigos de conducta locales. En consecuencia, el adjetivo extranjero es
fácilmente asociado a desafuero y peligro como elementos simbólicos, aunque
estos imaginarios no sean capaces de confirmar en forma alguna, que su conducta
explícitamente provocará incumplimiento y desorden. Herbert Blumer (2015), sostenía que las
personas actúan sobre los objetos de su mundo e interactúan con otras personas
a partir de los significados que los objetos y las personas tienen para ellas.
Es decir, a partir de los símbolos.
Según
la Organización Internacional de las Migraciones la movilidad humana es un
hecho social vinculado con el ejercicio del derecho humano de la libertad de
circulación y se basa en el desplazamiento libre, aunque regulado, que permite
a todo ser humano ampliar sus libertades, capacidades y oportunidades de
mejores condiciones de vida[2].
La movilidad es un concepto reciente, cuya utilidad es integrar en una sola
idea a todas las formas de movimiento de personas, como el refugio, la
migración internacional, la movilidad forzada por delitos transnacionales
(trata de personas), la movilidad en el marco de sistemas de integración, entre
otras. A su vez, se reconoce que cada una de estas formas de movilidad está
influida por una serie de factores sociales, políticos, culturales, económicos,
que no tienen similares características en todos los casos.
Sin
embargo a partir de los atentados
del 11 de septiembre de 2001, denominados comúnmente como 9/11, la percepción de La inseguridad global se convierte en
argumento convincente para cerrar las fronteras y limitar la movilidad humana,
más aun luego de los atentados de Paris de noviembre 2015.
Desde el surgimiento de lo que se considera como
el nuevo paradigma de la inseguridad global, la movilidad humana ha sido
representada como factor de riesgo. El miedo, entendido como un sentimiento y una
construcción colectiva e individual que trasciende y se modifica según los
contextos y las épocas históricas, se ha instaurado en las sociedades modernas
como un hecho cultural y social de amplias dimensiones (Mantilla, 2008).
Lo indeseable es lo
inseguro, lo que no es fácilmente controlable, manipulable, predecible. El
fenómeno migratorio por consiguiente, al no ser sujeto de control total por los
Estados, se trastoca en una categoría no previsible por ende deleznable. En
este contexto ideológico la tecnología basa su eficiencia en el servicio de la
predicción de los fenómenos sociales, siendo los servicios de inteligencia su
táctica operativa. La movilidad humana deja de ser percibida como
un derecho, transformándose en peligro social inminente, de tal manera que ya
en enero 2016, Austria suspendió temporalmente la zona de libre tránsito del
acuerdo Schengen en la Comunidad Europea ante la crisis de refugiados[3].
En consecuencia, la hipótesis argüida en este
ensayo propone que la inseguridad global elevada
como símbolo y conexa al terrorismo mundial se justifica como argumento de un
proceso selectivo de movilidad humana global, a expensas de las amplias
multitudes de población, con la excepción de las élites mundiales, afectando el
derecho humano; dado que la naturaleza del hombre a lo largo de la historia se
definió a expensas de los procesos de movilidad.
LA INSEGURIDAD
GLOBAL, SÍMBOLO Y SIGNIFICADO
El
símbolo permite además de trascender el ámbito del estímulo sensorial y de lo
inmediato, ampliar la percepción del entorno, incrementar la capacidad de
resolución de problemas y facilitar la imaginación y la fantasía. No obstante,
el acto transformado en símbolo también puede adoptar un rol generador de
conflictos. En el contexto de este análisis teórico, la inseguridad global como símbolo, es
asumida en un rol de una variable cualitativa independiente. Es decir,
como fenómeno sobre el que se va a discurrir su capacidad para influir,
incidir o perturbar a otras variables.
La particularidad en el análisis
surge en el hecho que los significados simbólicos son producto de la
interacción social y son ellos los que intervienen en la arquitectura de
la conducta humana. Los individuos seleccionan, organizan, reproducen y
transforman los significados en los procesos interpretativos en función de sus perspectivas
y designios.
En
este contexto los fenómenos migratorios en sus procesos de restricción y
selección de la movilidad humana son considerados como variables dependientes
de la interpretación simbólica de la inseguridad global.
Los
fundamentos conceptuales de la terminología utilizada requieren sujeción
institucional, puesto que son criterios legales los que categorizan su
naturaleza y significado.
La
Migración humana presenta dos nominaciones: el de la emigración, es decir,
desde el punto de vista del lugar o país de donde proviene la población; y el
de la inmigración, desde el punto de vista del lugar o país a donde llegan los
migrantes. Existe igualmente la definición de migración interna o desplazados
internos y externa o internacional, en correspondencia con los límites
geográficos y políticos del proceso migratorio. Los desplazados internos son
los individuos o grupos de personas que han sido forzados a huir de sus hogares
para escapar del conflicto armado, la violencia generalizada, los abusos de los
derechos humanos o los desastres naturales o provocados por el ser humano.
Tanto los desplazados internos como los refugiados con frecuencia abandonan sus
hogares por las mismas razones. Los civiles son reconocidos internacionalmente
como refugiados cuando cruzan la frontera nacional en busca de asilo en otro
país. Los desplazados internos, mejor conocidos como "IDP", por el
acrónimo inglés de "Internally Displaced People", permanecen, por
cualesquiera razones que sean, en sus propios países[4]. El
número de los desplazados internos alrededor del mundo es alto. Según
los datos del Observatorio sobre el Desplazamiento Interno del Consejo Noruego
para Refugiados (IDMC-NRC), a finales de 2014 había 38 millones de desplazados
internos en todo el mundo - 4,7 millones más que en 2013 - el 60% de los cuales
en cinco países afectados por conflictos: Irak, Sudán, República
Democrática del Congo (RDC), Siria y Nigeria[5].
Entre
los migrantes externos o internacionales tenemos los migrantes económicos y los
refugiados, términos definidos desde la óptica legal. Los inmigrantes[6]
económicos son esencialmente personas que buscan mejores oportunidades
económicas, mientras que los refugiados son personas que huyen porque sus vidas
corren peligro. La situación específica de estos últimos quedó establecida en
la Convención de Ginebra de 1951. En otras palabras, la inmigración económica
responde a un “factor de atracción”, es decir los inmigrantes se dirigen a un
país en el que creen que existe demanda de sus habilidades. Por el contrario,
el desplazamiento forzado responde a un “factor de empuje”, o sea las personas
van al primer lugar posible donde sienten que estarán seguras[7].
La
OIM define el concepto de «movilidad humana» a la movilización de personas de
un lugar a otro en ejercicio de su derecho a la libre circulación. Siendo este
un proceso complejo y motivado por diversas razones (voluntarias o forzadas),
que se realiza con la intencionalidad de permanecer en el lugar de destino por
períodos cortos o largos, o, incluso, para desarrollar una movilidad circular.
Este proceso implica el cruce de los límites de una división geográfica o
política, dentro de un país o hacia el exterior[8].
La movilidad es considerada expresión del ejercicio de un derecho humano. La
movilidad es la expresión social del ejercicio del derecho legal a la libre
circulación la cual incluye al concepto de migración.
Sin
embargo tanto la inseguridad global como la movilidad humana son conceptos que
se representan en tanto objetos en la conciencia. Como tales provocan
justificativos y argumentos para las decisiones sociales en lo fáctico.
Examinar los contenidos de la conciencia interpretando sus aspectos reales,
ideales, o imaginarios, buscando las relaciones esenciales existentes entre las
propiedades, objetos, definiciones y fenómenos del concepto migración e
inseguridad global es el hilo conductor establecido en este texto.
DEL MIGRANTE ECONÓMICO Y EL REFUGIADO HACIA LA MOVILIDAD COMO DERECHO HUMANO FUNDAMENTAL
Líderes políticos de países de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han puesto en duda el estatus de
los refugiados que, tras huir a un país seguro, se vuelven a trasladar a otro
país igualmente seguro, pero económicamente más atractivo. Es el caso de los
refugiados sirios que abandonan los campamentos en Turquía para dirigirse a la
UE. Sin embargo, la causa principal del desplazamiento sigue siendo la misma:
la necesidad de huir. Por lo tanto, los refugiados siguen siendo refugiados,
incluso si se trasladan. ¿No diríamos eso de una persona judía que escapó de
Alemania hacia los Países Bajos en 1937 y luego continuó hacia Argentina en
1939?[9]
Hay una tercera categoría denominada de los “inmigrantes
económicos desesperados”. Se trata de personas que no están huyendo de la
violencia o la persecución y, por lo tanto, no califican como refugiados. Sin
embargo, el tipo de riesgos que están dispuestas a asumir y la clase de
sufrimientos que están dispuestas a padecer indican que no tienen más opción
que migrar a otro país[10]. En esta categoría se encuentran los desesperados
habitantes del Sahara que intentan cruzar el Mediterráneo en embarcaciones
improvisadas, o los niños de Asia meridional a los que sus padres envían solos
a través de Oriente Medio para que puedan tener una oportunidad de llegar
finalmente a Europa.
No
obstante los seres humanos en movilidad (cambio de residencia habitual) no
siempre pueden ser definidos y clasificados desde el estatuto legal de
movilidad. Existe el carácter de ilegal del migrante, que produce un fenómeno
de perdida de ciudadanía, generando un segmento de población humana sin
derechos fundamentales, casi en esclavitud en los países de acogida. No obstante a través de visitas, llamadas
telefónicas y el uso de las redes sociales, muchos migrantes llegan a recrear,
sostener y (re) descubrir enlaces transnacionales, junto a las redes sociales
locales. Usan sus redes transnacionales para aliviar sus necesidades, pero el
desarrollo de redes locales todavía aparece como indispensable (Withaeckx,
Schrooten, y Geldof, 2015). Esta capacidad de
“ubicuidad social” puede ser identificada como una nueva destreza del migrante.
Obviamente esta habilidad está condicionada a su condición legal en el país de
acogida y a su nivel educativo. Generalmente cuando estos factores son
positivos se convierten en trans-migrantes, es decir en ciudadanos que
mantienen vínculos sociales y movilidad continua entre diversas fronteras.
Finalmente el concepto de movilidad geográfica (White,
2015) emerge con connotación clara de un derecho humano fundamentado en el
artículo 6 de la Carta de los Derechos Humanos que sostiene que todo
ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad
jurídica. La creación de este complejo concepto obedece al reconocimiento de
una nueva era humana sustentada en la globalización del transporte, era del
posmodernismo nómada. La Organización Internacional de Migraciones nos previene
incluso que en una era de movilidad humana sin
precedentes, es particularmente apremiante fomentar una mayor comprensión de
los vínculos entre la migración y el desarrollo, y adoptar medidas prácticas
para acrecentar los beneficios de la migración de cara al desarrollo; además de
elaborar soluciones sostenibles para situaciones migratorias problemáticas[11].
DISCUSIÓN
Existen
diversas teorías que intentan explicar causas y consecuencias de la movilidad
humana. A nivel macro se incluyen las teorías relacionadas con las Disparidades
Demográficas y Económicas y la Teoría Sociológica o del Paradigma de la Modernización
(De la Dehesa, G. 2008). La primera de ellas se fundamenta en las diferencias
entre tasas de natalidad y mortalidad de las sociedades lo que provoca
disparidades entre los países de alta natalidad y los de transición demográfica[12].
La Teoría Sociológica fundamenta la movilidad en aspectos de tipo socio
cultural de la modernidad que impulsarían la movilidad o nomadismo
internacional como contraste con las sociedades tradicionales a carácter
sedentario. El factor económico en relación a la necesidad de mano de obra es
también reconocido como causa fundamental del fenómeno migratorio. Finalmente
la dinamia entre migración, pobreza y desarrollo es analizada desde la
percepción que son las poblaciones emergentes económicamente quienes pueden generar
la posibilidad de migrar.
No
obstante se incluyen los factores intermediarios o Meso, donde predominan las
redes sociales e instituciones que posibilidad las migraciones (ONG, instituciones
inter gubernamentales). Incluso de estudia actualmente las organizaciones
criminales como entes promovedoras de migración.
A
nivel Micro tenemos el Enfoque Económico
Neoclásico, la Nueva Teoría Económica de Migración, la Teoría del Mercado
Laboral Dual y la de los Sistemas Mundiales.
La
temática de migración y desarrollo reviste gran interés para la comunidad
internacional. Este aspecto es uno de los centros estratégicos de la labor de
la Organización Internacional de Migraciones (OIM), cuya función en materia de gestión migratoria es
capitalizar la relación positiva entre la migración y el desarrollo socioeconómico. La exclusión de los derechos
de residencia y ciudadanía de los migrantes económicos es una de las más
grandes paradojas de las democracias contemporáneas. Emulando a la historia del
imperio Griego, inventor del imaginario democrático pero restringido como
derecho para la mayoría de seres humanos catalogados como esclavos.
La
reflexión sobre migración internacional y economía que presume este capítulo
podría centrarse en la necesidad de un
equilibrio económico entre las diversas regiones. Situación que asumiría
un rol disuasivo en las grandes migraciones económicas. Suponiendo que el
objetivo social fuere la prevención de este fenómeno de movilidad humana.
Entre
los contrasentidos de la globalización se encuentra la amplia movilización de
productos frente a la restricción de circulación de seres humanos. Además la
migración internacional conlleva a la mayoría de los países desarrollados del
mundo a transformarse en sociedades multiculturales, y aquellas que aún no han
alcanzado tal característica, se mueven resueltamente en esta trayectoria. Este
aspecto incide en la concepción cultural de las sociedades humanas. Se perfila
por consiguiente un mundo intercultural en franca emergencia.
En
consideración con la extrema complejidad del fenómeno migratorio internacional,
existen diversos enfoques teóricos que aspiran explicarlo. Uno de ellos es el
Enfoque Económico Neoclásico (EEN). Según esta visión teórica, la migración se
explica en las diferencias de salarios, ese margen entre oferta y demanda de
mano de obra que incluye el diferencial en las condiciones laborales inter
estatales, los costos de la migración y de familiar. Como resultado de este
desplazamiento la demanda de trabajo decrece y los salarios aumentan en los
países pobres, mientras que la demanda de trabajo se incrementa y los salarios
caen en los países ricos, conduciendo, en equilibrio, a una diferencia salarial
internacional que sólo refleja los costes pecuniarios y psíquicos del
desplazamiento internacional[13].
Algunas
opiniones (Massey, 1993) diferencian la migración de acuerdo a su nivel de
especialización: mano de obra altamente calificada (capital humano) y no
calificada (migración). Las migraciones de
trabajadores calificados son diferentes al patrón de migración del obrero no
calificado. Finalmente, el Estado puede intervenir de manera efectiva solamente regulado su mercado de trabajo.
La Nueva Teoría Económica de la Migración (NTEM) plantea que no son solo
las circunstancias laborales que influyen en la migración sino las condiciones
de diversidad de los mercados, la decisión familiar, la restricción al acceso
de capitales en los países de origen del migrante y los niveles de ingreso
familiar. Existen otros enfoques como la del Mercado Laboral Dual (MLD) que
propone a las necesidades estructurales de la economía industrial moderna y a
las fuerzas operativas económicas como fundamentales en el proceso migratorio,
sobre las decisiones de los individuos o de la micro economía.
Posiblemente el enfoque más contemporáneo sea el de los Sistemas Mundiales
(SM), el cual propone a la misma globalización como causa migratoria; la
apertura de los mercados y las necesidades del comercio en ir mucho más allá de los límites nacionales
como fundamento de la tendencia migratoria humana (Wallerstein, 2015).
Todos estos enfoques no son contradictorios, más bien conforman un conjunto
de teorías convergentes y complementarias que pretenden explicar el fenómeno
migratorio, sin embargo, todos ellos tienen como núcleo el paradigma económico.
El autor considera que existen factores suplementarios de diversos ordenes como
el psicológico, histórico, familiar y/o culturales que influyen, orientan y
modulan el flujo de personas en el mundo.
La percepción emocional que el emigrante posee del país de acogida
gravita en su decisión de destino geográfico; de igual manera la historia familiar
de migración modula y dirige su selección; aspectos culturales como la lengua
del país de acogida o su proximidad cultural. No obstante fenómenos tan
recientes como las guerras del Medio Oriente (Siria, Irak) producen verdaderos
éxodos humanitarios hacia Europa, desequilibrando toda normativa precedente y
gravitando sobre la seguridad y la ponderación mundial. Incluso el terrorismo
es considerado “push factor” del fenómeno migratorio (Dreher, 2011).
La globalización estimula en general y profundiza la migración
internacional, pero ésta ha existido desde tiempos tan remotos como la
humanidad misma. Incluso podría sostenerse que el nomadismo es la condición más
natural del ser humano. Si bien ser nómada no es sinónimo de migrante, existe
un cierto paralelo en su naturaleza: la búsqueda de un lugar más propicio a la
vida humana. Incluso el sedentarismo es paradójico en relación al hábitat
humano. Si bien las migraciones son evidenciadas como problema global, el
fenómeno inverso al nomadismo migracional, es decir, el sedentarismo urbano
genera inmensos desafíos. Según
ONU-Hábitat las ciudades se enfrentan a retos demográficos, ambientales,
económicos, sociales y espaciales sin precedentes. Ha habido un cambio
fenomenal hacia la urbanización, con 6 de cada 10 personas en el mundo
residiendo en zonas urbanas en 2030. Más del 90 por ciento de este crecimiento
tendrá lugar en África, Asia, América Latina y el Caribe[14].
La Teoría de la Dependencia sostenida por
importantes intelectuales como André Gunder Frank, Raúl Prebish, Celso Furtado,
Theotomio dos Santos, Samir Amín, Enzo Faleto, Ruy Mauro Marini y Henrique
Cardoso, proclamaba que las naciones pobres del sur proveen a las naciones
ricas de sus recursos naturales, su mano de obra barata y un destino ideal para
la tecnología obsoleta, situaciones sin las cuales estas últimas naciones no
podrían mantener el nivel de vida al que están acostumbrados (Prebisch, 1982).
Se encuentra por consiguiente en las inequidades sustento explicativo básico del
fenómeno migratorio.
Sin embargo a partir de los atentados
terroristas del 2001 el fenómeno migratorio es percibido desde la nueva óptica
de la inseguridad. Reforzados por los atentados de Paris en 2015, y la ola de
migración procedentes de la guerra en Medio Oriente, las políticas que
facilitan las migraciones son percibidas como factor de riesgo y el migrante,
como objeto generador de peligro. Un nuevo marco interpretativo simbólico comienza
a ser asumido tanto a nivel institucional como en la ciudadanía de los países
principalmente afectados. El derecho a la movilidad humana es transpuesto a
factor de riesgo.
Maximiliano Korstanje (2015) sostiene que
el arquetipo de un mundo inestable ayuda a legitimar guerras preventivas que permitirían
a las potencias como los Estados Unidos intervenir en naciones autónomas pero
sospechosas. Colombia fué el pretexto para mostrar cuán peligrosa es la
migración y el narcotráfico para los estados occidentales. Korstanje y Skol
(2013) llegan incluso a sostener que el terrorismo es un resultado de la
producción del sistema de organización del trabajo del régimen capitalista.
¿A quién beneficia esta vinculación epistémica entre migración e
inseguridad global?
Desde la dinámica de la globalización de mercancías y de la
cultura global de consumo, el flujo humano aparece como un fenómeno
innecesario, incluso no apetecible al sistema. Esto no excluye que al
criminalizar al migrante, sustrayéndole
su categoría de ciudadano por el de ilegal, se apertura una extensa gama
de posibilidades de explotación social a su coste.
CONCLUSIÓN
El fenómeno de la inseguridad global da la impresión de estar alineado como el
ingenio argumentativo de los círculos de poder mundial para extender y
consolidar un tipo de globalización securitaria u doctrina de la seguridad
nacional, abrogándose el derecho de intervención en caso de riesgos potenciales
(Chávez, 2008), justificando incluso el adoptar medidas excepcionales en las
legislaciones anti terroristas para
mantener la seguridad nacional como en el caso del Reino Unido (Ahmed, 2015) o
la creación y/o reorganización de 263 instituciones[15]
gubernamentales de los Estados Unidos,
en respuesta al terrorismo desde el 11/9 (Cronin, 2015).
Los círculos de poder estarían adjudicándose
jurisdicción moral de intervención desde lo mundial hacia todo lo local,
inhibiendo la movilidad humana y provocando un fenómeno de asimilación entre
los conceptos de inseguridad y terrorismo, a pesar de que los estatutos
migratorios de los perpetradores de atentados suelen cumplir los procedimientos
legales internacionales (Cronin, 2013).
Este texto por consiguiente propone la necesidad de re-examinar las representaciones habituales de
los fenómenos migratorios y sus supuestas relaciones con la inseguridad global.
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[2] http://www.oimperu.org/oim_site/documentos/Modulos_Fronteras_Seguras/Modulo2.pdf
[3] http://www.politico.eu/article/austria-suspends-schengen-border-checks-eu-migrants/
[4] http://www.acnur.org/t3/a-quien-ayuda/desplazados-internos/preguntas-y-respuestas-sobre-desplazados-internos/
[5] http://www.acnur.org/t3/a-quien-ayuda/desplazados-internos/
[6] In-migrante, termino definido desde el punto de vista del país de
acogida. E-migrante desde el punto de
vista del país de origen de la persona. Los dos conceptos obedecen a la misma
persona en tanto individuo.
[7] http://blogs.worldbank.org/voices/es/inmigrante-o-refugiado-que-significa-cada-termino?cid=EXT_BoletinES_W_EXT
[8] http://www.oimperu.org/oim_site/documentos/Modulos_Fronteras_Seguras/Modulo2.pdf
[9] http://blogs.worldbank.org/voices/es
[10] http://blogs.worldbank.org/voices/es/inmigrante-o-refugiado-que-significa-cada-termino
[11] http://www.oim.org.ec/drupal/es/migraci%C3%B3n-y-desarrollo
[12] Países con baja tasa de natalidad.
[13] http://www.ugr.es/~redce/REDCE10/articulos/14DouglasDMassey.htm#uno
[15] La autora cita que de acuerdo a la investigación del 2010 del
Wahington Post, estas instituciones creadas contra el terrorismo incluyen: The
Departement of Homeland Security, The National Counterterrorism Center y The
Transportation Security Administration. https://www.foreignaffairs.com/articles/middle-east/isis-not-terrorist-group?cid=nlc-twofa-20151230&sp_mid=50372351&sp_rid=Y2FybW9udDUzQHlhaG9vLmVzS0&spMailingID=50372351&spUserID=MTEzNTIyOTU0NjgwS0&spJobID=840078528&spReportId=ODQwMDc4NTI4S0
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